Reloj

Una Cita con El Pasado...










Una Cita  Con El Pasado



Mi cita con el ayer, no estaba pactada ni escrita en la agenda de mi vida, pero por una sugerencia del azar; fui invitado a aceptarla.
Lleve mi auto al taller de mecánica y luego de dejarlo, me dirigí a la casa de un entrañable primo, para saludarlo por su cumpleaños. Su casa queda cerca de mi antiguo barrio. Eran las cuatro y treinta de la tarde y mi cita encasa de mi primo a las siete y treinta. Como no tenía otra cosa que hacer; decidí emprender mi marcha a pie. Sin darme cuenta de lo que me esperaba en el trayecto, continúe mi caminata.
Fueron cuatro kilómetros y medio: De nostalgia y un vis á vis con la mejor parte de mi pasado.
Recorrí, Mi infancia, mi adolescencia  y mi juventud, entre: robles, ficus, álamos, naranjos, cipreses, robles, pinos, fresnos, laureles, etc. Son los nombres de las calles que fueron testigos de mi trajinar al comienzo de mi existencia.
Grandes arboledas, campo de golf, grandes casonas, quietud, paz y señorío, eso era lo que respiraba en mis buenos tiempos. Un tiempo amable y querendón, que abrigaba mis ilusiones y mis ansias de vivir.
Mientras caminaba, pude respirar algo de ese ayer imperecedero que aun palpita y se aferra al paso de los años y del tiempo. Conforme avanzaba iba internándome; mas y más en el corazón de mi antiguo barrio.
Ahí estaba la casa de mi primer amor, la de mis tíos, algunos amigos. Mudos testigos que me susurraban discretamente al oído y me iban contando el ayer con esmerada dulzura. Invadiéndome de nostalgia y de una melancolía indescriptibles. Tanto así que permanecí dando vueltas, por espacio de dos horas, como atrapado en el pasado, en mis penas y alegrías. “Recordar es volver a vivir” Una frase muy cierta y que en mi caso cobro vigencia.
Pero como no todo es color de rosa, también pude contemplar con honda tristeza, que la mayoría de cosas habían cambiado. Habían semáforos, en calles que antes fueron calmas, comercios por doquier, gentío, bullicio. Todo al mismo tiempo, aun así, sentía el aroma de los árboles, como cuando era niño. Mis mejillas sentían la cálida brisa del pasado, besándome y el viento del ayer, me traía un mensaje de todo aquello que una vez fue “mío”  ¡Gracias por venir!
Me entraron ganas de volver a ser niño y joven.  Tanto así que me senté en el jardín de una vecina, encima del césped, fumándome un cigarrillo y esperando que pase alguien y me llame la atención, cosa que no sucedió, pues yo no era ese joven que quería ser y el tiempo tampoco era el de ayer.
Igualmente: soñé, disfrute y converse con el pasado que se “hizo presente” tomándome de la mano y llevándome por el sinuoso  camino del tiempo que una vez fue y que no ha de volver.
Muchos no son amantes del pasado y solo piensan en el presente, pero yo creo que si no volteamos la cara para mirar atrás; nuestro presente, no tendría sentido. El pasado es parte del presente, porque es el, quien construyo el camino, para llegar adonde estamos.
Una hermosa experiencia, que aún estoy disfrutando y   reviviendo. Esas son aquellas cosas insólitas, que siempre nos tiene la vida y nos las da, cuando menos lo esperamos.
  

    

¿Qué será De Ti?

Hoy he vuelto a caminar por las mismas calles, por donde caminamos juntos tu yo y no te he visto pasar. No sé qué será de ti. Las ...