Reloj

Ni Con El Pétalo De Una Rosa...













                                          Ni Con El Pétalo De Una Rosa



Muchas generaciones hemos crecido, escuchando esta hermosa y celebre frase, que mas que una simple frase era; una norma de conducta y una actitud.
Nos enseñaron que a la mujer no se le toca: “Ni con el pétalo de una rosa” esto rezaba, para cualquier tipo de mujer; bien sea una reina o una   prostituta.
El hombre podría ser: un noble, un hombre común, un vagabundo o un delincuente, pero en su trayecto por la vida, siempre aplicaba este precepto, qué ya era considerado como un código de honor, que encumbraba al género masculino.
A partir de este precepto, nacía el respeto, por todo y por todos. Teníamos un código de conducta, que hoy en día se ha perdido y por eso vivimos como vivimos y pasa lo que pasa.
Quizás las libertades mal dadas y mal administradas, nos han llevado a este punto, que no es mas que una muestra de la decadencia de nuestra sociedad.
La falta de: dialogo, cultura e interrelaciones personales, también han aportado su cuota de ese des humanismo latente, que vamos día a día; respirando, viviendo y mirando con preocupación, pero con mucha indiferencia.
La mujer también a puesto su cuota de desmedro, al pretender ser igual que el hombre y entrar en franca y abierta competencia.
Somos dos géneros que por naturaleza somos diferentes. Física y conceptualmente diferentes al igual que biológicamente. Intelectualmente la mujer nos lleva mucha ventaja y esto se debe a que: genéticamente; ha tenido mucho más tiempo para meditar y pensar, que el hombre que ancestralmente, se ha dedicado mas a actuar que a pensar.
Creo que tendremos que volver sobre nuestros pasos y meditar sobre lo que hoy estamos viviendo, aun estamos a tiempo de revertir este obscuro pasaje de nuestra existencia.
Pensemos solo en esto: ¡A UNA MUJER, NO SE LE TOCA. NI CON EL PETALO DE UNA ROSA!   

¿Qué será De Ti?

Hoy he vuelto a caminar por las mismas calles, por donde caminamos juntos tu yo y no te he visto pasar. No sé qué será de ti. Las ...