En cada
rincón de la tierra se celebra la fiesta del redentor. Es la fiesta de la paz y
del amor, en donde todos los seres humanos, nos sentimos abrigados, bajo el
manto de la bondad, que habita en lo mas profundo de nuestra esencia. Quizás
algunos, carezcan de aquel mágico sentimiento y no conozcan de sus bondades,
pero quienes si tenemos ese don; lo compartimos y lo sentimos.
Alrededor de
una mesa, sencilla humilde u opulenta y dispendiosa; compartimos un momento en
compañía de los seres mas queridos. Iluminados por la inmensa luz de la bondad
que nos invade y posee, somos capaces de perdonar todo tipo de ofensas y
agravios. Renovamos nuestra fe y nuestro amor en las personas que en algún momento
nos hicieron daño.
No somos
capaces de violentarnos, irritarnos o enfadarnos; es la navidad la que nos
exige ser tolerantes y nos invita a saborear ese dulce bocado de amor, que nos
invade el alma y nos deja sentir el sabor de la paz que nos llena el alma.
En algunas
mesas, estarán todos aquellos que amamos, con los que convivimos a diario, en
otras faltaran algunos y en otras muchos, de los que alguna vez estuvieron
compartiendo esos maravillosos momentos. Nunca podremos dejar de derramar una
lagrima, por los que no están en este mundo y por aquellos que están lejos y no
pueden acompañarnos.
La navidad
ha de llegar con: sus duendes, sus luces, sus fantásticas historias, con sus
calles llenas de algarabía, color, ruido y un ir y venir desbordante, que avasalla
al tiempo, como el cuento de la Cenicienta. Todo debe de ocurrir antes de las
doce de la noche, antes de que acabe el encanto.
Una noche mágica
donde todo lo bueno es posible, donde la alegría y la tristeza se dan la mano y
conviven en sana armonía.
Es el sueño
de la navidad, es la magia de la navidad, es la ilusión de cada corazón que
late al ritmo del reloj marcando, el tiempo y contando cada segundo para que
den las doce y poder regalar todos los abrazos que sean posibles en un solo minuto.
Un año no nos es suficiente para dar tanto amor, pero solo un minuto de la
navidad, lo puede todo.
¡FELIZ
NAVIDAD! A todos mis lectores que a
pesar de la distancia los siento cercanos y me acompañan siempre con sus comentarios. Gracias
mil por todo lo que me dan en cada letra y en cada palabra.
En esta
noche buena brindare por todos ustedes, con el mejor de mis deseos.